CASUALIDAD

Tomó asiento para oír sus versos que luego compartieron toda la noche. El frío, la oscuridad y esa flor les acompañaron como testigos del acontecimiento. El amanecer llegó anunciando el fin del encuentro soñado de la adolescencia. Sus ojos soltaron lágrimas, sus manos entrelazadas se negaban a separarse queriendo que la noche nunca terminara. Pero la realidad denunciaba que el amor no podía ser. Un beso y un abrazo sello la despedida de dos seres esperando que la casualidad de la vida los vuelva a encontrar.


 

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